Tomar mate no es lo mismo que tomar té o café. Es un ritual. Generalmente, tomamos mate con nuestra familia o amigos, en casa o en un parque pero nunca en un restaurante o en un café. Si alguien te invita a tomar unos mates, también te está invitando a charlar y compartir un rato.
En general, tomamos mate en ronda. Una persona designada, el cebador, se encarga de prepararlo y se lo da a cada persona del grupo. En tu turno, tomás el mate en tres o cuatro sorbos y después se lo devolvés al cebador, que le prepara uno a tu vecino.
Los sí y los no de tomar mate
Los no
– No digas “gracias” cada vez que recibís el mate porque, según el ritual del mate, sólo decimos “gracias” cuando no querés continuar tomando.
– No toques la bombilla o trates de revolver el mate. Si no, el sabor del mate se arruina y el cebador se enoja.
– Cada vez que termines de tomar un mate, no se lo des a la persona de al lado, devolvéselo únicamente al cebador.
– Si tomaste mate, evitá comer frutas, yogur o leche si no querés pasarte todo el resto del día en el baño.
Los sí
– Tomá el mate inmediatamente después de recibirlo. Si no, el sabor se arruina. Además, se considera de mala educación tardar demasiado porque hay otras personas esperando su turno.
– Tomá el mate en tres o cuatro sorbos hasta que no quede más agua (hasta el momento en que el mate hace un ruidito).
– ¡Disfrutalo! El mate es una bebida saludable. De hecho, hasta los niños y las mujeres embarazadas pueden tomarlo.
En el próximo post: te enseñamos a preparar un mate y, de paso, repasamos el imperativo.