A veces, un detalle cambia todo.
Por ejemplo, no es lo mismo decir: “Voy a la casa de mi abuela” que “Me voy de la fiesta porque estoy aburrida”.
¿Cuál es la diferencia? En el primer caso, el verbo es “ir” y en el segundo es “irse”. A veces, cuando los verbos se usan con pronombre (“se” en el infinitivo), cambian de signficado.
A continuación, una lista de los casos más comunes.
Ir (a) : trasladarse a un lugar. Fui a una fiesta de cumpleaños en colectivo.
Irse: dejar de estar en un lugar. Me fui de la fiesta muy tarde, cuando ya era de día.
Dormir: no estar despierto. Después de la fiesta de cumpleaños, dormídiez horas.
Dormirse: cambio de estado, empezar a dormir. Llegué a las 6 de la mañana y me dormí a esa hora, apenas me acosté.
Quedarse: permanecer en un lugar (opuesto de “irse”). ¡Me quedé en el cumpleaños 7 horas en total!, ¡mucho tiempo!
Quedar: estar (locación). La fiesta quedaba en una casa en Almagro, a veinte minutos de la mía.
Sentir: percibir con los sentidos (no con la vista). Se combina con sustantivos. Cuando entré en la casa, sentí una música muy fuerte y mucha gente cantando.
Sentirse: percepciones sobre el estado físico o emocional de uno mismo. Se combina con adjetivos o adverbios. Estaban mis amigos y la gente era muy simpática, así que me sentí muy cómoda enseguida (enseguida= right away).
Llamar: hacer una llamada telefónica. Cuando me desperté, llamé a Lucía, mi mejor amiga, para contarle todos los detalles de la noche anterior.
Llamarse: tener un nombre. El chico del cumpleaños se llamaba Gustavo y era amigo de unos amigos míos.